top of page

¿Es realmente feminista el videoclip de J.Lo?

Los conceptos de música y género no serán relacionados en una línea de investigación hasta la década de 1980 gracias a la Nueva Musicología, a partir de la segunda ola feminista. Aquí destaca la figura de Lawrence Kramer, quien propicia la desviación de la mirada del texto para interpretarlo dentro de su contexto. Ella hizo un estudio sobre la forma en la que la sociedad utiliza la música, que será entendida como un elemento articulador del discurso.


Las músicas populares urbanas y el género, a través del idioma, están en constante retroalimentación. Las lenguas, incluido el español, no son inclusivas y contienen valores patriarcales. Basándonos en el poder significativo de la letra hemos seleccionado el tema Ain’t your mama de Jennifer López (1969-) para llevar a cabo nuestro análisis. En su videoclip se plasman cánones sobre tópicos que normalizan las prácticas de comportamiento de la sociedad, aunque a veces no los identifiquemos. Por ello, cada vez somos más conscientes de que es absolutamente necesario que el feminismo impere en la actualidad. Aunque la premisa de la cantante está basada en fomentar el cambio de la sociedad hacia la igualdad no lo es, se trata de un caso de falsa subversión patriarcal.


Solo es necesario googlear el nombre de la artista, o su diminutivo J.Lo, para encontrar las primeras noticias con base del patriarcado: “Jennifer López gana en likes a Kim Kardashian en Instagram y sin desnudarse ”, “¡Ni Jennifer López, ni Shakira! Elsa Pataky lo enseña todo con un vestido transparente”, “Ni Shakira, ni Jennifer López: el escote más bestia de Kim Kardashian”, “JLo aclara el significado de su canción El anillo”. Estos cuatro titulares son un claro ejemplo de cómo este tipo de prensa pone principalmente el foco de atención en el cuerpo y la vestimenta de Jennifer López, y no solo eso, sino que lo utiliza como comparación con otras mujeres, creando competitividad de forma indirecta. Es solo el último de los titulares el que se digna a hablar de su trabajo como cantante, a través de una cargada crítica contra su penúltimo éxito El anillo (2018), debido a la carga de contenido machista. La imagen femenina es constantemente observada por la audiencia masculina a través de connotaciones sexuales, cuestión que debe tenerse en cuenta para la lectura de este y otros temas.


El término de frontwoman no se ha utilizado en la música tanto como el de frontman. Ya decía la musicóloga Lucy Green en su libro Música, género y educación (1999) que a la mujer se le niega el ámbito de la composición porque este requiere conocimientos técnicos y teóricos, negando el cuerpo y ratificando la mente. Por el contrario, en el ámbito de la interpretación musical, la mujer tiene un mayor acceso ya que su voz es un don de la naturaleza, certificado por el sistema patriarcal. Jennifer López salta estas barreras y se convierte en una mujer absoluta en lo profesional no solo como cantante, sino también trabajando como actriz, bailarina, compositora, productora musical y televisiva, y también en el mundo empresarial como diseñadora de moda y perfumes.


Dos días antes de la celebración del día de la madre en América (8 de mayo de 2016), Jennifer López lanzaba en YouTube el videoclip de la canción que había publicado un mes antes Ain’t your mama. Pretendía defender el discurso feminista motivando a los oyentes a luchar por la igualdad de derechos y salir de los estereotipos de mujer sumisa estableciendo sus propias reglas. No es casualidad que se elija este día, ya que contempla la maternidad como una obligación para las mujeres, creando mitos como “una mujer no está completa si no tiene hijos”, siendo esto absolutamente falso, doloroso, sexista y machista.


Tras un detenido análisis de la letra podemos observar como emite un mensaje peligroso. Es cierto que impulsa a que las mujeres sean independientes y no dependan de ningún hombre, cantando “wake up and rise and shine” y “things are about to change round here”, pero cae en la tendencia de tipificarlas como madres, rodeada de tópicos hogareños. Vuelven a salir las labores domésticas y cuidados, vinculados históricamente a las mujeres, siendo la propia J.Lo la que da a entender que se ha cansado y será él quien debe hacerse cargo. La razón que da es “I ain’t your mama”. Sí, dice que su madre era la que hacía todas las obligaciones domésticas, reduce a la mujer al hogar sin una labor profesional alejada de su familia. En ese momento se desploma todo atisbo feminista en la canción estableciendo una diferencia generacional. Por lo tanto, libera a la mujer mientras da un mensaje cargado de connotaciones sexistas.


El videoclip, por el contrario, sí que es una buena idea de representación a favor del cambio. Cameron Duddy, director del vídeo, controló cada detalle que aparece en la pantalla. En primer lugar, aparece la propia Jennifer López teniendo una discusión en una cabina de teléfono mientras llueve. Sale, se moja y llega a un plató de televisión en el cual hay dos personas que le ayudan a prepararse para la emisión en directo. De fondo se escucha Women’s Rights are Human Rights, el famoso discurso de Hillary Clinton que pronunció durante la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de las Naciones Unidas en Beijing a favor de la igualdad. En lugar de dar las noticias decide dar un pequeño sermón acerca de que hay algo que va mal en la sociedad, pero lo ignoramos. También invita a que sean las propias mujeres las que inicien el cambio.


La protagonista abandonará la imagen de mujer poderosa capaz de dar un discurso. En ese momento se inicia la canción y, con ella, una cadena de tópicos que representan a la mujer en diferentes décadas a partir de la mitad del siglo XX. La primera es una señora que parece sumisa y dulce. Son los años 50 y la mujer pasa su tiempo encerrada en la cocina cocinando, planchando y fregando el suelo arrodillada, siempre dedicada a la persona de la que “solía estar locamente enamorada”. De manera estilizada y sofisticada, es consciente de que el sistema patriarcal falla y termina tirando a su marido la comida por encima. Utiliza esta década como época dorada estadounidense. Mientras, se intercalan imágenes del estereotipo de secretaria de los años sesenta, profesión con connotaciones debido a las fantasías sexuales masculinas, creadas en torno a ella entendido desde una lectura escopofílica masculina. Después vemos a Jennifer López redactando en su máquina de escribir los dictados de su jefe, quien se sirve un vaso del caro vodka Beluga Gold Line. Cuando éste se da cuenta que no está trabajando, sino que mira al discurso incitador, le llama la atención. El juego de cámaras nos da a entender que le mira el escote y ella le inmoviliza enganchando su corbata en la máquina de escribir y le tira su preciado vaso.



El siguiente imaginario es el de la mujer de los 70. Aparece una fábrica de refrescos con de cinco mujeres en la línea de trabajo y un hombre encargado un poco irritable. Escuchando el discurso articulador del videoclip, decide parar y se rebela ante el duro trabajo que hacen ellas, mientras que él solo mira y se enfada. Para los ochenta se decidieron por una mujer ejecutiva vestida de color violeta, importante por ser símbolo de la lucha feminista. Su “compañero” le roba el trabajo que ella misma había realizado para entrar a una reunión y le niega la entrada. Vuelve a la sala de escritorios y decide rebelarse: en una habitación con solo hombres le quita el cigarro a uno, a otro le resuelve el cubo de Rubik, contesta las llamadas… Al final tira los papeles al aire, se sube encima de la mesa, empieza a bailar y se sienta encima del monitor de un ordenador, teniendo en cuenta que estamos dentro de la performance.


Para finalizar, la Jennifer López presentadora insta a todas las mujeres a gritar ¡I ain’t your mama! y muchas lo hacen. A la par, se ve cómo una pareja está sentada en un café. Él no le hace caso porque está con su móvil y ella, enfadada, utiliza el suyo mirando la red social Friendable, en la que se convoca una marcha de mujeres. Inmediatamente, algunas salen a la calle y acaban bailando con la protagonista una coreografía a ritmo de pop latino con base marcial al final, creando un vínculo de sororidad.



El recorrido temporal que se propone en el videoclip para plasmar el segundo plano en el que ha estado la mujer se logra gracias a la indumentaria que la encorseta y que se sigue promoviendo. Como ejemplo destacamos las botas que luce Jennifer López al final, regalo de otro icono feminista de la escena pop actual: Rihanna. Deben ser incómodas y más para bailar, pero a la cantante no le importa.


En definitiva, es un reflejo de cómo la sociedad ha construido en torno a la música todo un alegato patriarcal. Ahora la música se ve atacada porque, ejemplos como Ain’t your mama, que pueden resultar inofensivos, no lo son. Solo hace falta analizar levemente las canciones para darnos cuenta de la profundidad que tienen.



Te recomendamos leer:

Bourdieu, Pierre. 2000. "La Violencia Simbólica". En La Dominación Masculina, 49-59. Barcelona: Editorial Anagrama.

 
 
 

Hozzászólások


Post: Blog2_Post

Subscribe Form

Thanks for submitting!

  • Facebook
  • Twitter
  • LinkedIn

©2020 por La butaca morada. Creada con Wix.com

bottom of page