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THELMA Y LOUISE

Actualizado: 9 feb 2021

Tras haber hecho un repaso sobre la situación laboral de la mujer compositora en el audiovisual, en este post queríamos ir más allá analizando una de las películas más emblemáticas de la historia del cine, Thelma y Louise (Ridley Scott, 1991), protagonizada por dos de las actrices más destacadas de Hollywood en los años 90, Susan Sarandon y Geena Davis. Difícilmente habíamos visto antes algo semejante en pantalla: dos amigas independientes que emprenden un viaje a ninguna parte como emblema de la libertad. El guión en manos de Callie Khouri fue ganador del Oscar en esta categoría en 1992. Empoderamiento femenino, violencia de género, transgresión de los roles de género o compañerismo entre amigas son algunos de los temas que se reflejan en el filme.


Argumento. Louise y Thelma son dos amigas descuidadas por sus parejas. Camarera y ama de casa respectivamente, deciden hacer un viaje juntas para olvidarse de su rutinaria vida. La escapada se convierte en una incesante carrera después de matar a un acosador. Escondiéndose de la policía y de sus amantes, el Thunderbird se convertirá en el elemento principal de su fatal destino. El coche pasa a ser un espacio de protección para ellas en el cual se redescubrirán a sí mismas. La lealtad de la amistad muestra en espacios considerados masculinos (bares, carretera, velocidad...) la conquista de lo público por parte de estas dos mujeres.


Pasando al análisis más profundo de las imágenes distinguimos tres ángulos: horizontal, picado y contrapicado. Este último tiene una gran importancia debido a que es el utilizado en la escena final (ALERTA SPOILER pasados más de 25 años) cuando deciden saltar al cañón. En cuanto a los planos utilizados hay dos que destacan: el primero, el plano general que nos hace cómplices en el  avance del recorrido de Thelma y Louise. Por otro lado, el plano detalle es utilizado en los diálogos del interior del Ford Thunderbird, un espacio primordial en el transcurso de la película.


El encargado de musicalizar Thelma y Louise fue Hans Zimmer, compositor prolífico que ha trabajado en un total de 144 películas. Él ignora el grito feminista de la trama utilizando únicamente seis canciones interpretadas por mujeres, de un total de dieciocho integradas, de las cuales cuatro suenan antes de la excursión. Las canciones simbolizan la ocupación femenina del espacio público llegando a albergar en las letras la situación vital de las protagonistas reforzando los afectos en la piel del espectador como Wild Night:


Come on out and make romance

Come on out and dance


Las canciones elegidas para el filme son de música popular de origen estadounidense, lo que concuerda con el retrato que se hace en la road movie sobre la amistad y el empoderamiento femenino al sur de los Estados Unidos, tomando la música como himno a la veracidad. Muchas de las canciones aparecen en la imagen a través de la radio o la jukebox. La identificación entre el público y las protagonistas, según Anahid Kassabian, estaría ligada a esta cercanía.


Desde los títulos de crédito ya nos situamos en medio de una acción en una carretera del desierto con un plano panorámico. La imagen cambia de B/N a color mientras escuchamos el tema del “Thunderbird”, en la que se mezclan sintetizadores con guitarras en un blues rock. Seguidamente escucharemos Little Honey [2:19] de Kelly Willis (1991) en el restaurante en el que trabaja Louise. El corte de la canción coincide con la llamada telefónica. Aunque suponemos que es el fondo sonoro del local, no sabemos si realmente es música diegética o no. Durante los diálogos utiliza el underscoring destacando la conversación directa y algo coloquial.


Cuando deciden emprender el viaje suena Wild Nights [6:23] de Martha Reeves (1974). Las protagonistas se están realizando los preparativos, mostrando lo metódica que es Thelma y lo desastrosa que es Louise. La música sirve de soporte estructural para la sucesión de imágenes en las que la película avanza gracias a elipsis espaciales y temporales. Se utiliza la técnica de sneaking en la que varía el volumen sonoro, en función del contenido de la imagen. Al comienzo de su aventura escuchamos House of hope [8:30] de Toni Childs (1991). Sirve para ilustrar el Thunderbird, la carretera y el paisaje, aunque está supeditado a los diálogos sonando underscoring, volviendo a un primera plano de escucha una vez terminado.


Deciden parar en un bar de carretera y, desde antes de entrar, suena Badlands [11:37], de Charlie Sexton (1991), que nos anticipa que algo malo va a suceder. Sirve como transición de lo extradiegético a lo diegético con la entrada al local. Más adelante suenan algunas canciones en el bar, que Thelma baila junto al indeseable que acabará siendo asesinado por Louise al intentar violar a su amiga.


Ellas deciden huir, pero por tanta agitación paran en una cafetería. Aquí oímos I don’t wanna play house [25:15] de Tammy Wynette (1968). Nos predispone a pensar que ni Thelma ni Louise volverán a casa con sus amantes como ellas mismas comienzan a asumirlo. La música parece sonar en la cafetería y termina con la llamada telefónica. La canción cambia cuando Louise llama a su novio Jimmy. Ahora sonará Part of me, part of you de Glenn Frey (1991). Thelma está tumbada con unos auriculares y parece que ella también la está escuchando. Dentro del coche vuelve a sonar el tema del “Thunderbird” [34:02]. Representa la importancia del Ford Thunderbird de 1966 descapotable de color verde en la libertad de las protagonistas.


Cuando estacionan su descapotable en unagasolinera con su descapotable La Adelita, una canción popular mexicana que cuenta la historia de una heroína y la revolución del país. El nexo entre ella y las protagonistas es evidente pudiendo ser el himno interior de Thelma y Louise. El automóvil es el espacio de emancipación de las protagonistas, una vez más ellas cantan en el coche. En esta ocasión es The way you do the things you do [45:24], del grupo The Temptations (1964). Es una canción de gran éxito internacional que el público identifica con el oasis de placer que sienten las protagonistas en medio de la trágica situación que están viviendo.


Más adelante suena I can’t untie you from me [1:03:52] de Grayson Hugh (1991). El contenido de la letra refuerza la trama de la película, ya que Jimmy y Louise no se volverán a ver nunca más (“I can’t untie you from me and I’ve walked a thousand miles”). Suena underscoring mientras ambos tienen su última conversación, potenciando el dramatismo de las imágenes.


Después de que Thelma robe en la tienda y de nuevo huyan juntas, suena el tema “Thunderbird” [1:13:59]. No solo es la muestra del modelo de coche, sino que ahora simboliza la autoridad de Thelma, su valentía y dominio de la situación. Con The ballad of Lucy Jordan [1:30:47] de Marianne Faithfull (1979), la pareja conduce de noche por el Gran Cañón. Sirve como fondo sonoro a la elipsis temporal llegando al amanecer. El uso intencionado del tema muestra la comparación entre Lucy Jordan y Thelma, un ama de casa harta del hogar que decide cambiar , parafraseando la canción, “All the laughter grew too loud”. El montaje se realiza con sobreplanos en secuencia que cambian coincidiendo con el fin de los versos.


Uno de los momentos cómicos en los que Thelma y Louise se rebelan es el tercer encuentro con el camionero [1:48:50]. Un hombre acosador que recibe su merecido por parte de las protagonistas, las cuales hacen explotar su camión cisterna mientras suena Better not look down de B.B. King (1979) de fondo. El texto va en paralelo con la imagen, siendo una enseñanza.


El tema “Thunderbird” es constante en el transcurso del filme, pero en los últimos cinco minutos suena intensamente con variaciones de velocidad e intensidad. Destacamos el final en el que se añaden las voces femeninas, cuando Thelma y Louise deciden acelerar hacia el vacío del Gran Cañón que no cesa con la fotografía del coche en el aire. Tras esto se produce un fundido a blanco que da paso a la evocación de momentos rememorables de las protagonistas y los créditos. Para terminar, vuelve a sonar Part of me, part of you.


Los temas de música popular urbana se mezclan con los sonidos de la ambientación en el que destacan los relacionados con la carretera y la huida como el motor del coche, los derrapes y las sirenas de policía, aunque también escuchamos los ruidos cotidianos al principio en el restaurante o en el jardín con el cortacésped.


La resignificación del espacio -el Thunderbird- a través de la música con un tema que funciona como leitmotiv. A la vez, la popularidad de las canciones aproximan el empoderamiento de las amigas a un público que sigue dominado por el sistema patriarcal. No es aleatorio el uso de cada una de ellas por su contenido enrelación a la trama. A pesar de ello, se nos hizo difícil la identificación de los temas por la distancia generacional que se incrementará con los años.


La ocupación del espacio por estas dos amigas se intensifica con canciones preexistentes que adquieren nuevos significados. La música ayuda a establecer el enlace emotivo entre los espectadores y las protagonistas, sobre todo con aquellos a las que los temas les resultan familiares. Thelma y Louise ocupa un puesto en la filmoteca feminista por su argumento novedoso en la década de los 90.



Lectura recomendada:

Hearing Film: Tracking Identifications in Contemporary Hollywood Film Music, Anahid Kassabian (2000)

 
 
 

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