Hablamos de Fleabag y su compositora: Isobel Waller-Bridge
- enlabutacamorada
- 2 may 2020
- 5 Min. de lectura
En la actualidad las series de televisión constituyen productos audiovisuales de una calidad cada vez más próxima al ámbito cinematográfico, a través de producciones con presupuestos similares o, incluso, mucho más elevados, como es el caso de las aclamadas Juego de tronos (2011-2019) y The Crown (2016-), llegando a pagar 15 millones de euros por episodio. Estamos viendo y viviendo desde hace unos años cómo las series están revolucionando el panorama audiovisual tal y como el cine lo hizo en las primeras décadas del siglo XX.
La irrupción de grandes compañías de streaming, como las norteamericanas Netflix y HBO, ha supuesto un nuevo nicho de mercado en la industria, convirtiéndose en imprescindible. Seguro que muchos de los que estáis leyendo este post ya no podéis concebir ver un capítulo a la semana, y es que esos escasos segundos que pasan de forma automática entre capítulo y capítulo lo ponen difícil. El éxito que cosechan estos proyectos es ya visible, no sólo en términos de audiencia, sino también en su omnipresencia en las temporadas de premios anuales.
Pero, ¿qué factores conforman el producto final? La verdad es que son muchos de los que depende el éxito o fracaso y no podemos abordarlos todos. Hagamos un rápido repaso: guión y trama bien desarrollados, una buena dirección actoral, la cinematografía, sus localizaciones y decorados… Nos gustaría destacar que si algo puede modificar e influir en el transcurso de la narración es la música, cumpliendo uno de los papeles más importantes. A pesar de vivir un momento en que la sociedad es plenamente visual, nuestra capacidad auditiva es realmente sensible a estímulos, destacando su asociación con el recuerdo a nivel cultural y/o afectivo. Seguro que cuando pensamos en nuestra serie o película favorita somos capaces de visualizar escenas y momentos concretos, pero es mucho más probable que los recordemos cuando éstos son reforzados por una banda sonora memorable.
Dedicaremos este y el próximo post a hablar de la música de dos de las series más exitosas de la plataforma Amazon Prime Video: Fleabag (2016-2019) y La Maravillosa Sra. Maisel (2017-). Se trata de dos series que recomendamos a título personal protagonizadas por dos mujeres únicas que reniegan de los roles estigmatizados por el simple hecho de ser mujer, cuyas consecuencias en el núcleo familiar son unos de los pilares fundamentales en el desarrollo argumental. Más allá de esto, esta propuesta está motivada por la intervención de dos mujeres profesionales en materia musical: Isobel Waller-Bridge como compositora de la banda sonora musical de Fleabag y Melyssa Hardwick en el papel de supervisora musical de La Maravillosa Sra. Maisel.
Phoebe Waller-Bridge es la actriz protagonista y creadora de Fleabag, comedia dramática producida por BBC Three y Amazon Prime Video. El título coincide con una expresión anglosajona utilizada para referirse a una persona que tiene mala reputación. En la última temporada de premios esta serie ha arrasado, sin dejar competidor posible en las categorías cómicas, en los EMMY, Bafta y Globos de Oro, consiguiendo los galardones a mejor serie de comedia, guión y actriz principal.
La serie narra la vida de una confundida joven londinense cuya vida sexual desenfrenada le causa continuos problemas que comenta sin tapujos. A pesar de ello, trata de hacer frente a todas las adversidades que la vida le pone, utilizando la comedia como escudo evasor de todos sus problemas. Lo más llamativo de esta serie es la ruptura de la cuarta pared, a través de la cual Fleabag se dirige a los espectadores haciéndoles cómplices de sus enredos.
La compositora encargada de musicalizar la serie es Isobel Waller-Bridge, precisamente la hermana de la propia creadora. Formada en la Universidad de Edimburgo y posteriormente en la Royal Academy of Music, ha conseguido dotar a la serie de un encanto característico. Además, también puso música al episodio “Rachel, Jack and Ashley too” de la exitosa Black Mirror (2011-2019), así como las bandas sonoras de las películas Vita & Virginia (Chanya Button, 2019) y Emma (Autumn de Wilde, 2020). Ella misma declaró que su proceso de composición comienza desde el trabajo del guión, contando la historia con su propia música.
“Quiero que la música y el metraje crezcan juntos”
En la primera temporada nos presenta durante la breve secuencia del título un estallido orquestal jazzístico, dejando al espectador ansioso por seguir escuchando más. Por otro lado, la ya característica pieza de los créditos finales [1] con aires de heavy metal y hard rock que, con sus guitarras distorsionadas y baterías in crescendo es el perfecto colofón de cada capítulo, añadiendo el título FLEABAG a modo de caída de telón. Es el toque final de irreverencia para una comedia cruda y sin filtros que tiene la capacidad de hacer pasar al espectador de la risa al llanto en cuestión de segundos. La escasez de música se debe a que la mayor parte del tiempo el diálogo ocupa nuestros oídos.
Ya en la segunda, y última, temporada el aspecto musical da un giro de 360º. A partir de la aparición de un nuevo personaje, un cura atractivo del cual nuestra protagonista se enamora por completo, Isobel Waller-Bridge vio oportuno crear una serie de cuatro piezas corales [2] debido a la incursión religiosa en la narración. Las dos agrupaciones corales que escuchamos en la serie fueron concertadas por los contratistas vocales RSVP Voices, una de las principales empresas de Reino Unido que proporciona cantantes y coros de los diferentes géneros musicales a la industria cinematográfica, televisiva y multimedia en general.
Entre las letras griegas y latinas se esconden términos y pequeñas frases que actúan como sutiles referencias sexuales. Un ejemplo es el doble sentido que encontramos en Nos venit, traducido como “estamos llegando”. Harry Bradbeer, director de la serie, afirmó haber añadido diversas palabras que hacen referencia a los genitales femeninos, repetidas en distintos intervalos. La música coral consigue crear una atmósfera cautivadora que refleja a la perfección el giro dramático dado en esta temporada, a la par de las idas y venidas de los protagonistas. En contraste con la música original encontramos canciones de grupos como Alabama Shakes, Awolnation o Frank Sinatra.
Siguiendo los diferentes estados de la relación de los protagonistas se plantea el uso de los dos coros: un coro infantil como fondo sonoro de los primeros encuentros reflejando la ingenuidad e inocencia, frente al coro de adultos en los momentos más serios y profundos, aproximándose al final. Por otro lado, esos significados oculto hacen relucir una vez más el carácter hilarante y cómico que Phoebe Walleer-Bridge ha atribuido a su serie, como si se tratase de una de las tantas miradas sarcásticas que la propia protagonista hace a cámara. De nuevo hemos reunido 45 minutos de música extraídos de la serie:
Esta comedia con tintes ácidos, que mantiene a los espectadores en una montaña rusa de emociones, ha conseguido conquistar tanto al público como a la crítica en apenas seis episodios. Quizás sea la frescura que desprenden los diálogos, las magníficas actuaciones de todo el reparto y la forma de abordar temas tan significativos como el deseo de encontrarse a uno mismo en un mundo tan vertiginoso (antes de la llegada del coronavirus) lo que la hayan hecho brillar. Si de algo estamos seguras es que escuchar Shakes This Feeling de Alabama Shakes nos ha emocionado tanto que nos quedamos con ganas de más. Para saber a qué nos estamos refiriendo tendréis que ver la serie, os prometemos que no os arrepentiréis.
Esperamos que os haya parecido interesante y os esperamos la semana que viene para hablar de La Maravillosa Sra. Maisel (2016-) y su peculiar y destacada banda sonora musical, de mano de la supervisora musical Melyssa Hardwik.
Claudia y Fátima
Enlaces de interés
[1] Créditos de Fleabag. https://www.youtube.com/watch?v=7PrRE_OdkQY&list=PLH5ud3p186okYOOzipqRxfyHSeFo4aI1&index=2
[2] Kyrie. https://www.youtube.com/watch?v=svADiIvzo28
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